UNIVERSAL SURROGACY, bufete de abogados especializados en gestación subrogada, se alinea con el conjunto de doctrinarios que están a favor de la gestación subrogada sobre la base de que esta técnica de reproducción asistida supone una manifestación del derecho a procrear. Apelamos a la libertad reproductiva que importa la libertad de procrear o no, elegir cuándo, con quién y cómo hacerlo, y al derecho de las mujeres gestantes a servirse libremente de su cuerpo.
Para nada estamos de acuerdo con uno de los principales argumentos que los detractores de la gestación por sustitución utilizan: que es inmoral. Haciendo un repaso de nuestros conocimientos de filosofía política podemos comprobar que el argumento de que la ley debe castigar la inmoralidad es muy antiguo y está hoy en día bastante desacreditado. La opinión de que la ley debe regular la conducta de acuerdo a la moral fue refutada con éxito hace más de 150 años por John Stuart Mill (1806-1873), que introdujo el “principio del daño”, un hito de gran valor para cualquier sociedad liberal y pluralista: la sociedad solo puede limitar la libertad de una persona si esta amenaza con hacer daño. Por lo tanto, la moralidad convencional no debe limitar la libertad de las personas a participar en actividades consensuadas cuando éstas no puedan dañar a otros. El Estado no debe hacer cumplir un conjunto de valores a quienes no comparten esos valores y, en ausencia de daño demostrable para los niños u otras personas involucradas, debería permanecer neutral.
Consideramos que la gestación subrogada supone un acuerdo totalmente voluntario y libre. No se puede hablar, pues, de explotación, ni aunque medie compensación económica. Este argumento de la explotación es paternalista y subestima la capacidad de consentir de las mujeres.
Además, hay mucha hipocresía girando en torno a este tema. Por ejemplo, no tiene sentido considerar más digno y aceptable que una mujer tenga hijos con óvulos donados a que lo haga recurriendo a la donación de la “capacidad de gestación”.
Para nosotros la admisión de la gestación subrogada es una solución más justa. Por ejemplo, aquellos casos de mujeres que desean ser madres jurídicas, pero necesitan recurrir a otra mujer para gestar (bien por razones biológicas o médicas, como por ejemplo las mujeres que carecen de forma congénita de útero (síndrome de Rokitanski). En cambio, cuando una mujer que no tiene ninguna anomalía fisiológica para gestar quiere tener un hijo puede utilizar el óvulo de otra mujer y en estos casos estas mujeres sí se ajustan a las exigencias jurídicas para ser madres legales, apareciendo como madres por el parto.
Aún subsiste en algunos sectores de la sociedad una versión idealizada de la maternidad, que aunque los que la apoyan tienen todos nuestros respetos (es una opinión más), no debe ser un obstáculo que impida ser madres a las mujeres infértiles que de otro modo no podrían tener hijos.