En los procesos de gestación subrogada se seleccionan únicamente como gestantes aquellas mujeres que hayan tenido, por lo menos, un hijo previo propio.
Este requisito asegura que la gestante comprende la importancia de su compromiso, que habrá quedado firmado en el contrato previo, al haber ya sufrido los inconvenientes de la gestación y el parto de un bebé. Además, este requisito alivia las preocupaciones que implican privar a una madre primeriza de su primer hijo.