¿Gestarías un bebé para otras personas? ¿Y para tu propia hermana? Son preguntas lógicas que muchas mujeres pueden hacerse a ellas mismas cuando sale a la palestra el tema de la gestación subrogada. Se trata de la técnica de reproducción asistida más polémica, pero también a la que cada vez recurre un número mayor de personas con problemas de infertilidad, así como personas solas y parejas de hombres.
¿Qué mueve a una mujer a ofrecerse como madre gestante? ¿Qué sacan de todo esto? No resulta creíble que lo hagan solo por dinero ¿Es muy duro dar un bebé a sus padres biológicos después de haberlo llevado en tu vientre durante nueve meses?
En UNIVERSAL SURROGACY conocemos los testimonios de diferentes mujeres que han participado en los acuerdos de gestación subrogada firmados por nuestros clientes. Por lo general, no es ni mucho menos el dinero lo que mueve a estas mujeres a ser madres gestantes. Es más, muchas repiten, por el placer de hacer “algo grande para otras personas”, nos cuentan. Incluso a pesar de los sacrificios necesarios, que están ahí: desde necesario el bombardeo hormonal previo a la transferencia embrionaria, los meses de reposo obligado si el médico así lo prescribe por el bien del bebé o la propia salud de la gestante y, por supuesto, poner el bebé en manos de su auténticos progenitores después de todo un embarazo llevándolo dentro.
Hay mujeres “muy buenas” para ser madres gestantes, es decir, que en ellas todos los embriones que se les transfieren terminan con éxito, dando a luz un bebé sano y sin ningún contratiempo, si bien esto no es la tónica general.
Así pues, la posibilidad de ayudar a otras personas es el motivo que con más frecuencia mueve a una mujer a ser madre gestante, y no el dinero. Son mujeres escogidas por profesionales médicos, que conocen bien qué es la gestación subrogada, actuando con total libertad y con la aquiescencia de sus familias. Afrontan estos embarazos, no como un vínculo estrecho con el bebé que llevan, sino como un proyecto generoso en el que ellas actúan como “canguros” para el hijo de otras personas. Todas ellas piensan que una familia puede formarse de maneras muy distintas y la gestación subrogada es una de ellas.
Alguna de estas madres gestantes tuvieron en el pasado algún problema de fertilidad ellas mismas, que acabó por resolverse, y más adelante decidieron prestar sus úteros para que otras personas, no tan afortunadas como ellas, pudieran experimentar la maravilla de ser padres. El motivo principal suele ser, por tanto, el hacer algo increíblemente importante para otras personas, ya que al tener todas ellas hijos propios, conocen bien qué significa ser madre y el lugar esencial que para muchos de nosotros ocupan nuestros hijos.