En Estados Unidos, antes de nacer un bebé fruto de un contrato de gestación subrogada, tiene lugar un juicio previo de parentalidad o comparecencia de la embarazada ante el juez. En ese acto se certifica -según la legalidad de este país- la plena capacidad jurídica y de obrar de la mujer gestante, que no ha sido sometida a engaño, violencia o coacción, que ha actuado libremente y se han respetado sus derechos y que renuncia a cualquier derecho sobre el nacido.
De esta manera, cuando se produce el nacimiento, los padres comitentes o intencionales salen del hospital con su bebé en brazos y un documento que dice que ellos son los padres. No hay ningún problema, por tanto, para registrarlo en el consulado español en Estados Unidos, llegando a España con un hijo español.