Debido a que el proceso es complicado: puede resultar largo y difícil en la mayoría de las ocasiones, además se caracteriza por una gran carga emocional, antes, durante y tras el proceso para todos los involucrados. Este es un acuerdo entre varias personas para traer al mundo una vida nueva. Como futuros padres, siendo personas adultas e inteligentes, entienden toda la responsabilidad que conlleva el nacimiento de un bebé.

Sin embargo, realizar el proceso en otro país, sin tener la posibilidad de seguir el embarazo de cerca, lo hace estresante por la lejanía y la falta de control. Además, se trata de un proceso con un alto coste económico y también un alto coste emocional. Las situaciones nuevas sobre las que tenemos poco control generan ansiedad, pero los niveles de ansiedad varían en función de la interpretación que se haga de la situación.

Son los padres del bebé quienes se enfrentan a una de las partes más complicadas. Deben decidir si contarán o no a su hijo que fue gestado por otra mujer que no es su madre biológica. Aparecen también otros miedos. Los padres pueden temer que la gestante no entregue al bebé porque se arrepiente, o que exija estar cerca de él. Se trata de muchas dudas, presiones y angustias que pueden desencadenar en una crisis emocional para los padres.

Toda la información sobre temores e inseguridades ayuda a crear más seguridad, confianza, protección y comprensión ante el proceso.

A pesar de no ser hasta el momento de tener el bebé en brazos que nos familiarizamos con la experiencia, el hecho de prepararse previamente y poder expresar lo que uno siente hacia lo que le espera, genera calma y una mayor estabilidad emocional que permite afrontar la experiencia con mayor satisfacción. La falta de información o falta de un espacio para la comunicación y manifestación de emociones se convierte, a menudo, en un sentimiento de abandono, incomprensión, confusión y pueden llenar de complicaciones el tiempo de espera.

Al principio el proceso de gestación subrogada está lleno de muchas ilusiones, esperanzas y expectativas para los futuros padres. Esto es normal porque la gestación subrogada da la oportunidad de llegar al objetivo soñado tan anhelado durante años.

Por el mismo motivo, si cambia algo o no sale igual a como lo esperamos, nos podemos sentir frustrados, desesperados, perdidos y tal vez engañados. Si a esto se le añade la emotividad, la euforia del principio y la desesperanza del posible fracaso, el resultado puede causar el desequilibrio emocional. Saber que este es un proceso habitual ayuda a prevenirlo y a generar recursos personales para afrontarlo.

Continuaremos en el próximo artículo hablando de recursos para afrontar distintos momentos del proceso.

No te pierdas nuestro vídeo sobre el concepto de GESTACIÓN SUBROGADA

¿Qué es la gestación subrogada?